miércoles, 11 de febrero de 2009

TESTAMENTO VITAL

Son temas complicados, dolorosos con frecuencia. Pero sería una pena que la muerte de Eluana nos sirva de excusa para mirar hacia otro lado. Su caso fue su caso. Pero hay muchas personas de todas las edades en situaciones de enfermedad muy delicadas. Parálisis cerebral, estados vegetativos, comas aparentemente irreversibles... ¿?
Amamos la vida. Tememos la muerte. Pero más aún tememos vivir con dolor o con la muerte de compañera.
Con frecuencia escuchamos múltiples versiones de la postura de la Iglesia en temas como la eutanasia, el aborto, suicidio asistido... a menudo nos transmiten la idea de una especie de cerrazón sin sentido unido a nuestra fe. Puede ser verdad en ocasiones. Pero también es importante informarse y formarse debidamente (es decir no contentarse con la opinión de una persona sola, ya sea sacerdote, obispo, religioso o padre de familia... La Iglesia es plural, no lo olvidemos, también en su Magisterio). Y después, tomar una opción.
Por eso me pareció sugerente que leáis el llamado "Testamento vital", documento con el que la Iglesia español abrió brecha en este tema. Propuesto por nuestro Episcopado tal como lo tenéis abajo copiado (la negrita son acentos propios, no del documento). Para no llamarnos a engaño ni dejarnos engañar con lo que nos dicen. Y tan fácil como firmarlo y tenerlo en lugar visible, junto a la cartilla médica, al seguro, o en conocimiento de nuestros familiares y amigos.

Modelo de Testamento Vital promovido desde la Conferencia Episcopal Española
A mi familia, a mi médico, a mi sacerdote, a mi notario:
Si me llega el momento en que no pueda expresar mi voluntad acerca de los tratamientos médicos que se me vayan a aplicar, deseo y pido que esta Declaración sea considerada como expresión formal de mi voluntad, asumida de forma consciente, responsable y libre, y que sea respetada como si se tratara de un testamento.
Considero que la vida en este mundo es un don y una bendición de Dios, pero no es el valor supremo absoluto. Sé que la muerte es inevitable y pone fin a mi existencia terrena, pero desde la fe creo que me abre el camino a la vida que no se acaba, junto a Dios.
Por ello, yo, el que suscribe (nombre y apellidos del testador) pido que si por mi enfermedad llegara a estar en situación crítica irrecuperable, no se me mantenga en vida por medio de tratamientos desproporcionados o extraordinarios; que no se me aplique la eutanasia activa, ni que se me prolongue abusiva e irracionalmente mi proceso de muerte; que se me administren los tratamientos adecuados para paliar los sufrimientos.
Pido igualmente ayuda para asumir cristiana y humanamente mi propia muerte. Deseo poder prepararme para este acontecimiento final de mi existencia, en paz, con la compañía de mis seres queridos y el consuelo de mi fe cristiana.
Suscribo esta Declaración después de una madura reflexión. Y pido que los que tengáis que cuidarme respetéis mi voluntad. Soy consciente de que os pido una grave y difícil responsabilidad. Precisamente para compartirla con vosotros y para atenuaros cualquier posible sentimiento de culpa, he redactado y firmo esta declaración.
Firma:
Fecha:

3 comentarios:

  1. Gracias por la información, lo considero de capital importancia.

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  2. me quedo alucinada... no sabía que esto se veía asi en la iglesia.
    ¡gracias!

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