domingo, 24 de junio de 2012

Amor y miedo

Marianne Williamson: "A veces, la gente piensa que recurrir a Dios significa dar entrada en nuestra vida a una fuerza que nos lo mostrará todo color de rosa y la verdad es que significa dar entrada a todo aquello que nos obligará a crecer (…) Una vez que recurrimos a Dios, nos topamos con todo aquello que puede enfurecernos. ¿Por qué? Porque el lugar donde nos entregamos al enojo y el miedo –y no al amor- es nuestra muralla, nuestro límite" (...)
"Cualquier situación que nos saque de quicio es una situación donde aún no tenemos la capacidad de amar incondicionalmente (…) Nos movemos con comodidad en las pocas áreas donde nos resulta fácil amar. Es tarea del Espíritu Santo no respetar esas zonas de comodidad, sino destruirlas. No estaremos en la cumbre de la montaña mientras no nos resulten cómodas todas las zonas. El amor no es amor si no es incondicional… y no tendremos la vivencia de quiénes somos en realidad hasta que no tengamos la vivencia del amor perfecto".


No podemos dar la cita completa por desconocimiento pero, nos pareció que merecía la pena compartirlo en todo caso, ¿verdad?


sábado, 9 de junio de 2012

Tu Cuerpo y Sangre

Así: te necesito
de carne y hueso.


Te atisba el alma en el ciclón de estrellas,
tumulto y sinfonía de los cielos;
y, a zaga del arcano de la vida,
perfora el caos y sojuzga el tiempo,
y da contigo, Padre de las causas,
Motor primero.
Más el frío conturba en los abismos,
y en los días de Dios amaga el vértigo.
¡Y un fuego vivo necesita el alma
y un asidero!


Hombre quisiste hacerme, no desnuda
inmaterialidad de pensamiento.
Soy una encarnación diminutiva;
el arte, resplandor que toma cuerpo:
la palabra es la carne de la idea:
¡Encarnación es todo el universo!
¡Y el que puso esta ley en nuestra nada
hizo carne su verbo!
Así: tangible, humano,
fraterno.


Ungir tus pies, que buscan mi camino,
sentir tus manos en mis ojos ciegos,
hundirme, como Juan, en tu regazo,
y, -Judas sin traición- darte mi beso.
Carne soy, y de carne te quiero.
¡Caridad que viniste a mi indigencia,
qué bien sabes hablar en mi dialecto!
Así, sufriente, corporal, amigo,
¡Cómo te entiendo!
¡Dulce locura de misericordia:
los dos de carne y hueso!


 (Himno de la Liturgia de las Horas)
                        





miércoles, 6 de junio de 2012

La lluvia nunca vuelve hacia arriba



Aunque el mar vuelve nunca es el mismo mar
la tierra nos devuelve otro sol cuando gira
y todo tiende a huir y vuelve a empezar
y cambia de impresión cada vez que respira
y nadie sabe si esta vez es la vez
y todo lo que un día ocurrió se termina
y casi siempre todos quieren correr
pero hay que estar atento porque el mar se vacía
la lluvia nunca vuelve hacia arriba.

Y si estuviste ahora luego no estás
y nunca más té vi y no fui nada en tu vida
y si no dudas todo puede pasar
y si no pasa siempre sana la herida
la lluvia nunca vuelve hacia arriba
la lluvia nunca vuelve hacia arriba
no lo pienses mucho más
no pienses mucho más... saltar

No pienses tanto lo que debes hacer
el tiempo corre y luego es ave perdida
la lluvia nunca vuelve hacia arriba (2)
hay una luz tras los que vienen y van
y hay una sombra en los que buscan guarida
la lluvia nunca vuelve hacia arriba (2)

sábado, 2 de junio de 2012

Trinidad Santa.... ¡únenos!


Tras la celebración de Pentecostés, la Iglesia nos invita a celebrar el misterio de la Trinidad Santa, Santísima Trinidad... Quizá uno de los misterios de nuestra fe que menos oramos o meditamos porque, ciertamente, escapa a la razón, a la lógica. Y a la vez, quizá uno de los misterios que más claramente relacionamos con el centro de la fe cristiana: el amor... Dios es amor, Trinidad comunidad de amor...
En fin, ante el Misterio, yo al menos, me quedo sin palabras. Sólo como un mantra quisiera repetir con la vida: únenos, únenos, únenos....
... ¡Nos hace tanta falta!