sábado, 27 de marzo de 2010

SEMANA SANTA CON LOS SENTIDOS ABIERTOS

(Por Maite Garitagoitia)


Hoy al subir al autobús y observar y escuchar a la gente (aquí en Sevilla de lo que más se habla es de los pasos de procesiones y preparación de los trajes de feria) me he dado cuenta que la Semana Santa es un buen momento para poner nuestros sentidos a funcionar.

Tenemos que VER, para ver no basta sólo con mirar, hay que saber ver, dirigir la mirada, mantener la atención, penetrar los acontecimientos. Ver sobre todo en estos días las situaciones de dolor a nuestro lado y dejarnos conmover por ellas. A veces parece que nos hallamos hecho insensibles a tanto dolor y sufrimiento a nuestro alrededor, no nos toca, no nos cambia, no nos afecta… ¿será que no hemos mirado bien, penetrando con la mirada lo que ven mis ojos?

Mira, ve, penetra los acontecimientos, gestos de las personas.

ESCUCHA, escucha la realidad, escúchate a ti mismo (dedícate tiempo), escucha a tu familia, a tus amigos…a la gente más cercana. Nos cuesta, cuesta pararnos y dedicar nuestra atención al otro, escucha atenta, delicada, respetuosa, empática…Abre y limpia los oídos para poder escuchar. Si tenemos taponados los oídos no podemos oír y menos escuchar.
Escucha, presta atención, no sólo con tus oídos sino con tu corazón.
TOCA al hermano/a, es la mayor señal de cercanía. Toca su vida, sus problemas, sus frustraciones, sus sueños, su dolor. Toca sin miedo sin falsos respetos. El tacto es curativo, como el niño que recibe la caricia y el abrazo de su madre. Acaricia la vida de los otros, con delicadeza, con cuidado, con amor.
Acaricia la vida de los otros, abraza, besa, el contacto cura.

SABOREA, gusta esta Semana Santa. Estés donde estés revive y haz vida en ti los pasos de Jesús: servicio, amor, entrega, renuncia, muerte. Esta semana sólo será “Santa” si tú y yo la hacemos santa. Ya sabes:

  • Abre tu mirada y penetra la vida
  • Limpia tus oídos y escucha
  • Toca realidades
  • Haz silencio
  • Intenta hacer vida las actitudes de Jesús.

Y… ponte en camino…

Aquí en el ambiente, la Semana Santa huele a incienso y “pescaito” frito yo me pregunto, y si me lo permites te pregunto: ¿A qué huele mi Semana Santa?
Me quedo y te dejo con la pregunta para ir poniendo nombre durantes estos días “santos”.

DESDE EL DOMINGO DE RAMOS, PARA IR ENTRANDO: sabía que vendrías...

JUEVES SANTO: lo que me alimenta en la vida...

VIERNES SANTO: Dios también grita... y yo...

SÁBADO SANTO: Déjate buscar por Dios... (retiro)

DOMINGO DE RESURRECCIÓN: ¡Qué alegría vivir sintiéndose vivido!...


miércoles, 24 de marzo de 2010

¡MATAMOS A MONSEÑOR ROMERO! o ¡CRUCIFÍCALO!


"Así matamos a Monseñor Romero", confiesa ahora uno de los condenados por el crimen. Me impresiona que la motivación que aduce para romper su silencio 30 años después sea la forma en que sus propios hijos le miran y reprochan lo que hizo. Sea verdad o mentira tal razón, creo que merece la pena no pasarla por alto.
Con frecuencia tenemos la sensación de que nada cambia, que todo depende del aire del momento, de las modas, de los gustos, de los sentimientos... Y si se trata de gente joven, con más razón: van a su aire, han perdido los valores, no se comprometen con nada ni nadie, son frágiles, "líquidos"...
Ya. Será verdad. Pero resulta que hoy un militar condenado por asesinar a un hombre mientras celebraba la eucaristía, quiere contarlo 30 años después porque no soporta que sus hijos le vean como un asesino. Quizá en otro momento la gente de alrededor le vio como un héroe. Hoy no. O al menos, él da más importancia hoy a la mirada de sus hijos, avergonzados de su hazaña.
¿Matamos a Monseñor Romero?... ¡¡¡Crucifícalo!!! Dos gritos bien similares en el fondo y los dos muy próximos a nosotros en estos días: uno por celebrar el 30 aniversario de un mártir (aún no reconocido oficialmente por la Iglesia, pero en proceso de beatificación) y el otro por encontrarnos en las puertas de la Semana Santa (martirio de quien hizo mártir a Romero y a tantos otros hombres y mujeres a lo largo de la historia).
No son inocentes nuestros gritos ni nuestras miradas. No es inocente qué aprobamos, qué amamos y con qué no pactamos nunca, ni siquiera en nombre de Dios. Tu vida, tu palabra, tu mirada... puede cambiar algunas cosas, detener algunas acciones o provocar otras. ¿Te parece poco poder?

martes, 23 de marzo de 2010

30 ANIVERSARIO DEL MARTIRIO DE MONSEÑOR ROMERO


“¡Y dígales a los padres de la UCA que lo que monseñor dijo ayer en la homilía es un delito!”, advirtió, amenazante, el oficial militar a la persona que había ido por la mañana a recoger el parte sobre los incidentes de la toma de la UCA por la policía nacional. Era lunes, 24 de marzo de 1980.

Monseñor Romero amaneció con su sotana blanca. Cuando se vestía de blanco, las hermanas del hospitalito, donde vivía, sabían que él iba a salir hacia el mar. “A saber a dónde va…”, “A saber qué tiene por ahí…”, le decían las hermanas, tomándole el pelo. “Llévenos, monseñor…”, le suplicó otra, en son de broma. “A donde yo voy, ustedes no pueden ir…”, respondió, mientras tomaba un bocado.
Ese lunes, 24 de marzo, monseñor dijo su misa matutina. Después de desayunar se dio una vuelta por el arzobispado. Y, con un grupo de sacerdotes, partió hacia el mar. Llevaban, para reflexionar, un documento papal, sobre el sacerdocio. Comieron, haciéndose bromas, a la sombra de los cocoteros. Regresaron antes de las tres de la tarde. Monseñor tenía una misa en el hospitalito a las seis. Se duchó, atendió a una visita y después fue a visitar a su médico para que le mirara los oídos. A las cuatro y treinta, se dirigió a Santa Tecla, a la casa de los jesuitas, para ver a su confesor: “Vengo, padre, porque quiero estar limpio delante de Dios”. A las seis y veintiséis (“él cenaba habitualmente a las seis y media”), monseñor Romero caía, asesinado, en el altar, en el ofertorio de la misa. Como santo Thomas Beckett. “Monseñor Romero: un mártir del siglo XX. Asesinado por predicar el evangelio” recogía, en la portada, el ABC de Sevilla ( 27/03/1980).
(...) Las palabras que monseñor Romero pronunció el domingo 23 de marzo de 1980 en la catedral -“no matarás”, “¡les suplico, les ordeno en nombre de Dios, que cese la represión, que no obedezcan si les ordenan matar!”-, el gobierno las calificó de “subversivas”: una provocación. Ese día, durante la comida, monseñor “se quitó los anteojos, cosa que nunca hacía, y permaneció en silencio… Eugenia, mi mujer, que estaba a su lado en la mesa, se quedó sobresaltada por la mirada larga y profunda que le dirigió… Lágrimas brotaron de sus ojos. Lupita le reprendió: ‘qué eran esas cosas de estar llorando’. Fue un almuerzo triste, desconcertante. De repente, monseñor repasó, uno a uno, a todos sus buenos amigos, sacerdotes y laicos”.


(Fragmento de LA ÚLTIMA CENA DE MONSEÑOR ROMERO, UN MÁRTIR INCÓMODO.

BRAULIO HERNÁNDEZ MARTÍNEZ)

domingo, 21 de marzo de 2010

PREPASCUA 2010: EMAÚS


Este fin de semana hemos vivido en Pozuelo (Madrid) nuestra Prepascua 2010. Desde Tremp, Zafra, Oviedo, Madrid y Zaragoza, hemos disfrutado del camino, de la compañía, de nuevos amigos, de la música, de los juegos, de la oración, ¡¡hemos tenido tiempo para todo!!

Gracias, gracias, gracias....!!!


Aquí tenéis un enlace para ver nuestras fotos. si no viniste, te esperamos el año que viene. Si viniste, ¡nos vemos seguro!



Y para descargarlas:
http://cid-3d6f7d61f7dec79f.skydrive.live.com/browse.aspx/PREPASCUA%202010



domingo, 14 de marzo de 2010

DOMINGO IV DE CUARESMA: VOLVER, VOLVER, VOLVER..

Venía hoy en el metro para casa y frente a mí se sentó un chico de unos 25 años. Normal. Nada especial. Pero enseguida me captó la atención. Estaba escuchando música con unos cascos cuidados. No eran de esos último modelo super llamativos. Pero tampoco eran unos casos cualquiera regalados en un viaje de tren. No. De hecho, no se oía absolutamente nada de su música.
Coincidimos más de 20 minutos de trayecto. En ningún momento le vi "distraerse" de lo que estaba escuchando. Casi siempre con los ojos cerrados, a veces moviendo las dos manos como si de una baería virutal se tratara. Casi siempre el pie marcaba el ritmo y siempre expresaba, no sé cómo, que tenía puesta la vida entera en aquello que escuchaba; no sólo porque parecía disfrutarlo totalmente sino tambien porque todo él, su cuerpo, sus expresiones, sus movimientos leves y enérgicos a la vez, iban a una.
¿El resultado? Que me dieron unas ganas enormes de querer escuchar yo también aquelllo que él oía. ¿Qué música llevaría aquel chico que le cogía tan enormemente?
No me atreví a preguntárselo, pero me hizo pensar. Hoy la Iglesia proclama el Evangelio del Hijo pródigo, del Padre misericordioso. Y además, es el IV Domingo de Cuaresma, muy cerca ya de la Semana Santa; un domingo que la Iglesia llama de "alegría", no de penitencia ni de perdón.... No. El acento lo pone en la alegría.
Me imaginaba al hijo pródigo pensando en su Padre; me imaginaba a cualquiera de nosotros pensando en Dios. Y quería vernos tan cogidos, tan centrados, tan acompasados con su melodía que no quisiéramos ni pudiéramos hacer otra cosa que VOLVER A ÉL. VOLVER, VOLVER, VOLVER... ¡y con alegría! La alegría de volver a Dios, de acercarnos un poquito más a Él, de conectar un poco más con lo más interior de nosotros mismos... ¡Qué gran cuaresma sería! ¡Qué gran Pascua!
Y entonces me imaginaba que en el "metro" de la vida diaria, la gente que no conoce a Dios o que no sabe si cree o no en Él, nos miraba y asombrados se decían: ¡yo también quiero escuchar esa música, yo también quiero que la sintonía de Dios me marque el ritmo!
Ojalá, Señor, ojalá.

viernes, 12 de marzo de 2010

TERESITA ALBARRACÍN: SONREÍ SIEMPRE

La fuerza de Dios me empuja y me hace decidir,

pues el amor que le tengo

es más intenso que los posibles temores

que me pueden brotar.


Teresita Albarracín, Misionera Claretiana


miércoles, 10 de marzo de 2010

PENALTI A LA JAPONESA: ENTRE LA AUDACIA Y EL ENGAÑO

Hoy podíamos ver este "penalti a la japonesa" en varias TVs y webs. En las noticias que yo escuché, se presentaba como una hazaña, como una astucia envidiable, como inteligencia del jugador...

Yo más bien sentí extrañeza. Extrañeza de que la noticia fuera dada como una hazaña... Extrañeza de la sonrisa del presentador... Extrañeza de que nadie dijera nada.... Lo más que escuché fue una pregunta al aire: ¿pero esto es legal?

No es poco que alguien se preguntara por su legalidad, pero la cuéstión es que más allá de estar o no permitido, comience a hacernos gracia que alguien burle o engañe a otra persona en algo tan "cuerpo a cuerpo" como es un penalti, ¿no?

Yo no sé nada de fútbol y no me gusta especialmente. Pero es un deporte: ese ámbito de lo humano donde se supone que priman valores como la deportividad, la honestidad, el juego limpio... nada de esto veo en el penalti japonés. Y me apena profundamente... si esto se hcae en un penalti, ¿por qué no se hará pra conseguir un puesto de trabajo, ligar al que nos gusta de turno o llevarnos el úñtimo cd de un centro comercial?

En fin: el Evangelio nos anima a aquello de ser astutos como serpientes pero también sencillos como palomas. La sencillez del evangelio no es ser un simple bobainas... ¡No! La sencillez es jugar la batalla que nos toca como caballeros, como damas... sin anteponer trucos cuando lo que toca es medirse cara a cara.

Si seguimos así, creo que el Mal Espíritu seguirá metiéndonos penaltis y muchos, muchos goles... porque encima, no nos damos ni cuenta y seguimos sonriendo como si estos tejemanejes fueran totalmente inocentes. Pobres...

viernes, 5 de marzo de 2010

ENTRE FRUTOS E HIGUERAS ESTÉRILES

Puede ser el telón de fondo para el evangelio de este domingo y para cualquier día de nuestra vida. ¿No será que, a veces, a fuerza de desesperarnos buscando dar fruto, nos agostamos, bloqueamos y secamos? Puestos a elegir, ¿qué prefieres: tener éxito o ser fecundo/a?

Quizá el secreto está en dónde buscamos el punto de apoyo, la clave de bóveda de nuestra tierra y nuestros frutos...

Esta imagen es de Rogelio Núñez, Marianista y creador. Su pastoral visual no tiene desperdicio. Os invito a visitarlo y saborearlo.

lunes, 1 de marzo de 2010

EN NUESTRAS MEDIOCRIDADES

… A los corazones débiles e inconstantes en el amor,
el Señor les deja continuar su vida mediocre,
para que no se aparten de Él,
pues nunca violenta a la voluntad libre.
Santa Juana Francisca de Chantal (s XVI)