
Y sin embargo, desde entonces, se celebra la Fundación de la Congregación dos días después, el 27 de agosto. ¿Sabes qué ocurría entonces? Que profesaba la primera Claretiana de carne y hueso, Mª Antonia París, en manos del P. Claret. Iniciadora e iniciador... padre y madre... fundadores ambos...
Pero no por un papel canónico (¡que es fundamental!) sino por mujeres de palabra, consagradas, vivas, apasionadas, misioneras... ¡de carne y hueso! que ponen rostro a la vocación y misión recibida.
Ella lo cuenta así:
"Así
hice mi tan suspirada profesión a los 27 de agosto de 1855 en manos de Claret con indecible contento de todos, y más gozo de mi alma, que
éste no hay con qué expresarlo…" (Aut 225)

Y tú, ¿de qué raíces bebes, en cuáles quieres crecer? ¿Te apuntas a la vida entregada y comprometida o a quedarte en papeles, medios y posturas?
Quizá por eso queremos que esta sea la última entrada de este blog. Hoy, 27 de agosto de 2013, termina un modo de presencia pastoral de las Claretianas en este espacio y comienza otro... O mejor dicho: nada termina... Simplemente, estamos creciendo... estamos queriendo ser nuevos en la práctica... Queremos seguir ofreciéndote un modo de vivir: acompasados con el Dios de la vida.
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Gracias!