¿Alguna vez te lo habrán dicho, no? ¡¡¡eres un sol!!!
Pues eso es, más o menos, lo que la liturgia -o sea la Iglesia, o sea los cristianos- decimos a Dios: Ven, ¡oh Sol naciente, esplendor de la luz eterna y sol de justicia,ven a iluminar nuestras tinieblas! Pues eso... que És el como el Sol cuando es de noche... como el Sol cuando hace frío... como el Sol cuando está nublado y no se ve claro... como el Sol cuando quieres que amanezca de una vez... Y lo mejor de todo, es que ya esta viniendo... ya viene... ya vino y se quedó para siempre. Sólo que a veces, como ocurre con el Sol, Él está, pero las nubes o los tejados, nos impiden verlo.
¡VEN, SALVADOR, SOL DE JUSTICIA, VEN! APRESURA TU VENIDA
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