Si no quedara nada que esperar.
Si no fuera posible poner toda nuestra confianza en alguien. En Alguien. En algo.
Si no hubiera más luz que la que vemos ni más cera que la que arde.
Si tú y yo diésemos de sí sólo y únicamente lo que aparentemente damos.
Si la vida fuese solo lo que se nos cuela por los cinco sentidos cada día y cada noche.
Si no pudiéramos creer en la gente a fondo perdido, sobre todo cuando es gente que nos ha fallado y nos falla.
Si el Niño fuera sólo un tipo de lotería y el Portal un adorno navideño...
Entonces... imposible vivir como Dios manda.
Abre los ojos. Espabila el oído. ¡Busca! ¡Comenzamos un nuevo Adviento! ¡¡¡Tiene que haber motivos para la esperanza!!!
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