viernes, 12 de septiembre de 2008

nuestros niños... el futuro de todos

La Fundación SM ha presentado la Encuesta de Infancia en España 2008 donde analiza la situación de la infancia en España, cuyos autores son Fernando Vidal y Rosalía Mota, de la Universidad Pontificia de comillas.
Las encuestas fueron realizadas a niños escolarizados de todo el territorio nacional, divididos en dos muestras con cuestionarios casi coincidentes, uno para los niños de 6 a 11 años y el otro por los de 12 a 14 años.
Hay datos preocupantes, sin duda; nada nuevo que no veamos los que tenemos un contacto más o menos directo con ellos, ya sea en nuestras propias familias o en el ámbito educativo (como que 2l 27% confiesa sentir mucha soledad en casa. Los niños cuyos padres son inmigrantes, están a la cabeza de este indicador pues son los que más solos están toda la tarde, los que en mayor medida tienen televisor en su cuarto y los que más recurren diariamente a los videojuegos... curioso...)
Pero también hay otros datos que abren la esperanza y nuevos cuestionamientos. Por ejemplo:
Cuatro de cada cinco niños españoles dicen que son cristianos, creen en Dios y rezan; dos de cada tres van a misa de vez en cuando y dos de cada cinco casi cada semana.
Como es esperable, en la preadolescencia las proporciones varían: cuatro quintos son cristianos, tres quintos creen en Dios y rezan alguna vez, la mitad va alguna vez a misa y un quinto va a misa casi semanalmente. Por otro lado, en todos los indicadores las niñas muestran mayor religiosidad que los niños.
El estudio ofrece la oportunidad de escuchar las opiniones que los propios niños tienen sobre su vida, sobre la vida de los demás, sobre los escenarios en los que se desarrollan su experiencias cotidianas y sobre las cuestiones que más les preocupan de su entorno y del mundo en general.
Entre las profesiones a las que los niños se quieren dedicar, los datos resuelven que las niñas prefieren ser médicas, veterinarias, artistas, peluqueras o maestras mientras que los niños optan en mayor medida por pleitear (abogados), defender (policías), competir (deportistas) o ser mecánicos.
Arroja muchos más datos, con temas como:
- la violencia en casa y en el colegio (el 64% de los niños rechaza la violencia incluso en defensa propia, pero los preadolescentes, creen, en su mayoría, que hay que pegarse para defenderse...)
- el uso del móvil (casi la mitad ( 43%) de los niños entre 6-11 años dispone de un teléfono móvil para su uso personal y en la preadolescencia se dispara hasta el 82%, con el deseo casi generalizado de tenerlo).
Sin duda, un libro que merece la pena leer con detenimiento. Como educadores y como evangelizadores, puede hacernos pensar y ayudarnos a sacar conclusiones interesantes... al menos abrir caminos y confirmarnos en otros: ¿qué ocurre con nuestras pastorales e itinerarios en la fe, al pasar de los 11 a los 14 años? ¿el descuelgue religioso es sólo por el desarrollo evolutivo o debemos hacer algo más de autocrítica? ¿estamos cuidando la fe de nuestros niños como de verdad merecen o "les damos cualquier cosa" porque todo lo agradecen?

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