Si eres de los que dices que sí, que vale,.... que es verdad que HAY LLAMADAS A MONTONES y que entre ellas cabe -al menos la posibilidad- de que esté DIOS (pista 1), me reconocerás también que la primera llamada ES LA VIDA.
- ¿Cómorrrrrrrrrrrr?
- Sí... a ver... Puedes vivir, sobrevivir, disfrutar la vida, desgastarla, consumirla, comerla a bocados, desperdiciarla, darla, compartirla, dormirla, soñarla, perderla, ... TODO ES POSIBLE. Pero primero, tienes que haberla RECIBIDO.
-Toma, claro! vaya cosa...
- Ya, pero a veces no nos acordamos. ¿Tú eres de los que piensas que sólo somos una cadena inteligente de sustancias químicas o gaseosas? ¿Eres de los que opinan que estamos aquí por azar o concatenación del ADN? ... Yo soy de los que creen que, además, estamos aquí porque ALGUIEN NOS HA LLAMADO. Y mira, cuando alguien te llama es por algo o para algo...
- Pues sí, pero no sé dónde quieres llegar. A ver: al grano...
-¡Está claro! al menos UNA LLAMADA DE DIOS YA HAS RECIBIDO: ¡¡¡la llamada a la vida, a existir, a tener nombre y rostro en esta historia, aquí y ahora!!! ¿te parece poco?
- Visto así...
- Pues claro. De ti depende acoger esa vocación o no hacerlo. La vocación a la vida, a una vida en profundidad, con intensidad, con todos los colores y no en blanco y negro. Acoger la vocación a la vida es mirar la realidad a la cara, sin esconderte en la play, en los futbolines, en cada rollete de fin de semana o en tu MP4. Acoger la vida disfrutándola cuando hay motivos para la alegría y cargando con ella cuando toca sufrir (y sabes que todos tenemos mometnos de las dos cosas: o nosotros mismos o la gente que está a nuestro lado). En fin, no merece la pena pasar a la pista 3 (mañana!) si previamente no pasamos por esta. En otras palabras: o cueces o enriqueces; o ves pasar los días y sobrevives o vives de verdad y con todas las consecuencias.
- uffff
- Ya... no es cualquier cosa, pero te aseguro que al final, merece la pena. Si coges el toro por los cuernos, o sea, la vida bien de frente, puede que sufras más y que te toquen unos cuantos disgustos pero también gozarás más y con mayor intensidad. Si sigues empeñado en pensar que sólo estás aquí por una casualidad de células, conexiones nerviosas y explosiones químicas... no puedes dejar lugar a que Dios ni nadie en la vida pronuncie tu nombre con mayúscula. Pero sobre esto, hablaremos mañana. Es la tercera pista...
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