El dolor siempre hace de quien lo vive una tierra sagrada y una sólo puede acercarse con algo de ese dolor, con profundísimo respeto y con una mínima rebeldía ante todo aquello que causa ese sufrimiento siempre injusto.
Mª Victoria Campos, viuda del último Guardia Civil asesinado por ETA, ha tenido la dignidad de decir alto y claro que ninguna ideología, ninguna reivindicación y ninguna meta pueden justificar la violencia y la muerte.
Si no has escuchado a esta mujer, merece la pena que lo hagas.
Gracias, Victoria. ¿Qué podremos hacer nosotros, gente normal, a pie de calle, para que la vida de cualquier persona se respete por encima de gustos, opiniones o ideologías?
No hay comentarios:
Publicar un comentario