Tema digno de un Papa

Desde hace años, en las encuestas que la Fundación Santa María publica sobre jóvenes e Iglesia, una gran mayoría asegura que la Iglesia no es un lugar donde se digan cosas importantes para el sentido de su vida...

El pasado 23 de agosto el Papa Benedicto XVI agradeció públicamente a su hermano Georg Ratzinger por haber sido siempre "un punto de referencia de confianza", y ayudarlo a aceptar en la vejez "con serenidad, con humildad y con valentía el peso de cada día".

Es verdad que pronunció estas palabras durante la ceremonia en la que éste último, su hermano mayor, recibió la ciudadanía honoraria de Castelgandolfo, localidad romana donde Benedicto descansa en verano. Pero, siendo que hablaba como Papa y no solo como hermano del homenajeado, podría haber elegido otros temas, como la valía personal, la capacidad intelectual y apostólica.... incluso no nos hubiera extrañado que dedicara el discurso a la Santísima Trinidad...

Pero no. Decidió hablar como cualquiera de nosotros hablaría de su hermano: con cariño, con admiración, con agradecimiento.

Para todos los que disfrutamos con la música, gozamos al leer que en su discurso, el Papa evocó los años vividos en Ratisbona, donde su hermano ha sido por 30 años director del coro de la catedral. Dijo: "Escuchar esa música (compuesta y dirigida por su hermano) para mí era un apoyo, un consuelo y una paz interior, que reflejaba la belleza de Dios".

Para muchos no pasará de mera anécdota. Para otros es una cursilería. Habrá quien vea aquí una especie de endogamia eclesiástica...

Pero para mí es motivo de alegría y de esperanza. Quizá, así, de este modo, callada y desapercibidamente, empecemos a transmitir al mundo que ser Papa (obispo, cura, religiosa, catequista, teólogo...) no está reñido con la humanidad, con nuestra capacidad de humanidad.

No sólo no está reñido, sino que es la misma esencia para seguir viviendo y existiendo en Dios, hablando de Dios y queriendo anunciarlo siempre.

Mira que si ahora nos fueran entendiendo un poco más cuando hablamos.... ¡ojalá!