
Su abrazo y su beso hicieron posible lo que los políticos y los intereses de mercado no permiten a estos dos pueblos.
Es más que una demostración de espíritu olímpico. Es la demostración de lo poco que nos importa a la gente de la calle las trifulcas políticas, autonómicas, nacionalistas, comerciales.... sobre todo cuando nacen del odio y llevan a la violencia. 
«Nuestro abrazo debería mostrar a los políticos que pueden aprender del deporte», dijo Paderina.
Ojalá fuera tan simple....
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