Pues sí. Hoy es un día especial para las Misioneras Claretianas. Desde 1851 lo celebramos renovando nuestra vocación y nuestra promesa: nuestros votos.

El P. Claret ya estaba en Cuba como Arzobispo y ella tenía claro que la nueva congregación misionera que Dios le pedía iniciar, tendría que ser al estilo de Claret y con Claret. Él, en este momento, apenas era consciente... pero así fue finalmente. Poco después, recibían una carta de Claret invitándolas a compartir la misión en Cuba.
Desde el inicio, aquel 15 de agosto, vivimos convencidas de querer ser misioneras, en pobreza, en obediencia, sin hacer división entre nosotras, todo solo y simplemente por amor a Cristo. ¿Te suena?...
Es un día bonito para:
- que felicites a cualquier Claretiana que conozcas
- que renueves tu vocación, tus promesas de fidelidad, tu camino en la vida
- que pidas a Dios que te lo muestre con mayor claridad, si es que aún lo buscas y te de la fuerza y el arrojo misionero necesario para ponerlo en práctica
- que todos agradezcamos a Dios tantas "travesías" acompañadas por Él. Y todas las que vendrán.
1851. Día de la Asunción de María. Reuní las jóvenes que había admitido por compañeras... y comulgamos... ofreciéndonos a Dios con voto de atravesar los mares e ir a cualquier parte del mundo sin hacer división entre nosotras, ni apartarnos en ninguna cosa de la obediencia... y padecer cualquier cosa por amor de nuestro Señor Jesucristo. Este voto lo hice yo y lo propuse a las jóvenes que se ofrecieron seguirme, por dos fines: el primero, asegurar la vocación por medio de la Obediencia, pues sé cuánto le agrada a Dios y sólo así podría estribar obra tan superior a mis débiles fuerzas. El otro fin fue asegurarles que yo nunca las abandonaría, como queda claro al decir: sin hacer división entre nosotras. (cf Aut Mª Antonia París, 121.123)
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