martes, 24 de enero de 2012

Yo también soy Saulo.. soy San Pablo

Pues sí. Algo así podríamos decir todos. Yo soy Saulo, el fiel cumplidor de la ley hebrea, el que antepone la norma y la ley a cualquier otro sentimiento o deseo, el que valora la vida, las personas y las decisiones en función del debería y debo, del "así está mandado"... 
Saulo es aquel que guardaba las capas para que pudieran apedrear tranquilamente a Esteban, hoy san Esteban. Y lo hizo porque era un fiel judío, un buen hijo de Abraham. No porque fuera mala persona. Pero hoy, Esteban es santo, el primer mártir. 
Yo soy Saulo... permitidme que no ponga ejemplos concretos, pero creedme cuando os digo que lo soy. Y me creo con poder y derecho para buscar, perseguir y encarcelar a quien supuestamente vive fuera de la Ley. De mi ley. De la ley que yo considero divina.
Pero también soy Pablo. Soy San Pablo, que quedo cegado a mitad de camino por una Luz demasiado clara y luminosa para seguir caminando como había hecho hasta ese momento. Sí, soy Pablo, capaz de entregar la vida entera sin reservas por Aquel al que antes desprecié y a quien perseguí persiguiendo a los cristianos. 
Soy Pablo porque, a veces, algunas veces, Dios es capaz de transformar mi violencia y mi cólera y mi genio y mi cabezonería en valor y firmeza y fidelidad suave y creativa, fraterna, tierna, poderosamente suya. Y así , sí. Él, que me hizo y me eligió, es quien mejor saber hacer de mí, tal como soy, su mejor discípulo -discípula-.
Todos lo somos. Todos Saulo. Todos Pablo. Todos Cristo.
No puede ser casualidad que la liturgia cristiana celebre una sola conversión: la de Pablo.

2 comentarios:

  1. poderosamente suya!!! de acuerdo en todo. Soy Pablo y tambien Pedro, el fanfarrón que se creyo capaz de todo y sin embargo nego por miedo, o por desconocimiento real? Feliz día. cristina

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  2. confiamos en esa capacidad poderosa de Dios de transformarnos, como bien dices... Él actúa, quiere hacerlo. Dejemos que lo haga.

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