jueves, 19 de mayo de 2011

LIBERTAD: DIOS TE QUIERE LIBRE

Esta vez el Diccionario de la RAE tiene muchas acepciones al definir "libertad". Nos quedamos con las tres primeras:
1. Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos.
2. Estado o condición de quien no es esclavo
3. Estado de quien no está preso.

Curioso... Parece que la libertad no puede definirse sin unirse a la responsabilidad de la propia vida y a la vez pide vivir en un estado en que nada ni nadie te "ate", decida por ti. 
En la Biblia, la libertad se convierte -como la alegría y la esperanza- es un rasgo típico de los cristianos, de los que anuncian la resurrección. Y hablan de la "parresía" para referirse a esta especial libertad que dejaba boquiabiertos a griegos y a judíos. Era tan libres que ni las fieras ni el fuego ni la espada ni la cruz les quitaban la libertad de seguir creyendo en Jesús y anunciándolo. Iban "libremente"... nadie les obligaba.
La palabra griega parresía se deriva de dos raíces: pan (todo) y rhésis (discurso). El significado literal es algo así como «libertad para decirlo todo» y se refería tanto al mundo de las relaciones públicas, como a un modo de ser, de situarse, de obrar. Es la libertad para hablar con toda la verdad pensada y orada. No es un "permiso" para escupir lo que pienso a los demás... El parresiatés no oculta nada, más bien abre su corazón y su alma en decirlo todo con toda la franqueza, sin falsedad ni adulación, sin importar el riesgo que pueda correr.
Los primeros cristianos estaban convencidos, y así lo expresan, de que la auténtica libertad, la parresía, es signo del Resucitado y fruto de su Espíritu en nosotros. Por eso, los apóstoles pueden estar encarcelados y a la vez, ser libres. En el Nuevo Testamento aparece unas cuarenta veces este término.
Nosotros también podemos vivir con alguna que otra "cadena"  (¡y quién no!) o en diversas jaulas. Si estas son de hierro o de papel, poco importa; son jaulas al fin y  al cabo.
Pero estamos llamados a vivir profundamente libres... Qué difícil y qué necesario... Libres de todo, libres de nosotros mismos, libres hasta de Dios, que nos quiere libres, dice un poeta. 

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