Evangelio del III Domingo de Cuaresma

Esto es una suerte, pero también
una responsabilidad. La responsabilidad de sabernos fértiles en dones y
capacidades. Todos y todas tenemos las nuestras, ¿sabes tú reconocer las tuyas?
La Biblia está llena de metáforas
sobre la siembra y la cosecha. Pero si no te llega esto de ser semilla que da
fruto, piensa, simplemente, en lo que tú puedes dar al mundo y no estás dando.
La Cuaresma es un momento perfecto para empezar a sacar lo mejor de ti, para
convertirte en un donante de cualidades. No esperes a que caigan torres o a que
se desmorone algo a tu alrededor, empieza ahora y serás más feliz, más
original, más tú… ¡Seguro!
(Cristina López Navas en www.acompasando.org)
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