sábado, 5 de junio de 2010

DIOS AL ALCANCE DE NUESTRA MANO (Corpus Christi)

¡YO TAMBIÉN QUIERO, SEÑOR!, ¡TE QUIERO!
Dirán que no te acercas, que no se te puede tocar ni ver...
Pero no quieren verte ni tocarte... o no sabemos, sin más.
Y Tú, siempre, siempre, siempre,
al alcance de nuestra mano, de nuestro corazón.
Puro pan.
Bendito pan.
Cuerpo y Sangre.
Lo demás (procesiones, teorías, joyas, accesorios, ejércitos, custodias, despistes, poder, abandono...),
todo lo demás, será bueno pero secundario.
En el centro: Tú.
Esperando que queramos comerte,
hacerte nuestro como nuestra propia sangre.
Yo también quiero, Señor.
Ayúdame, Enséñame.
Y sin más, déjame que te adore
entregándome también al mundo, como Tú,
cada tarde.

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