lunes, 7 de septiembre de 2009

¿QUÉ MOMENTO DE TU VIDA ELIMINARÍAS SI PUDIERAS?

Casualmente, no importa mucho cómo, me he encontrado con una breve frase de película:
"SOMOS EL RESULTADO DE LA SUMA DE TODOS LOS MOMENTOS DE NUESTRA VIDA".

No he visto la película. Se llama "Antes del atardecer". Me ha hecho pensar en lo que soy y en lo que somos.
Y me ha hecho pensar en esa suspicaz tentación de querer eliminar algunos momentos de nuestra vida, sean los que sean. Como si pudiéramos seguir siendo los mismos a fuerza de eliminar lo que no nos gusta, nos molesta, nos estorba, nos avergüenza, nos aturde, nos engaña, nos bloquea, nos desestabiliza, nos tambalea...
Como si pudiésemos ser mejores a fuerza de reelaborar nuestra vida, nuestras elecciones, nuestros gestos, nuestras miradas, nuestras palabras, nuestros hechos...

Los cristianos no creemos en la reencarnación ni nada parecido. Creemos que cada momento vivido, cada vida humana es tan valiosa y decisiva que no hay borrón que valga. Somos, definitivamente, el resultado de la suma de todo lo vivido (y no vivido, ¡ojo!), pero con un matiz... Ese resultado, imborrable, sagrado, precioso o terrible, pero siempre real, es siempre mayor y distinto que una mera suma. Yo, al menos, que soy de letras, lo tengo clarísimo: yo soy todo lo que he vivido. Lo que me gusta y lo que me gusta menos. Pero soy algo bien distinto a la suma. la totalidad de lo que soy es otra cosa. Y lleva mi nombre. Mejor invertir las fuerzas en reconocerme y acogerme que en intentar eliminar lo imposible. ¿No te parece?

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