Tradicionalmente, estos días previos al Domingo de Ramos, pórtico de la Semana Santa, se conocen con el nombre de "Semana de Pasión". Curioso nombre, ¿no?
Mañana, Viernes de Dolores... Pasado, Sábado de Dolores... Al otro, ¡gritos de júbilo y alabanza con ramas de olivo! ¿No te parece curioso? Te comparto al menos tres cosas que me sugiere:
1.- Somos seres contradictorios, preñados de contrastes e inconsistencias pero también con capacidad para verlo, reconocerlo, optar. Nuestra vida está llena de "hossanas heys" y "crucifícale".
Y Dios lo sabe. Y lo acoge, y lo abraza y lo hace crecer.
2.- Vivir la Pascua, el centro de la vida cristiana, conlleva previamente Pasión. Para entrar en "semanas santas" hay que vivir "semanas de pasión". ¿Cómo andas de eso? ¿cómo vas de pasión? ¿te apasiona algo de verdad y algo que merece la "pena"? ¿No serás de los que quieres ir directamente a lo santo sin pasión? ¿No serás de los que han renunciado ya a vivir apasionadamente y se conforman con vivir ruidosa y peligrosamente?
Y Dios lo sabe. Y lo acoge, y lo abraza y lo hace crecer.
3.- No hay pasión sin dolores. La pasión implica totalidad, radicalidad, entrega, desproporción, desbordamiento... y todo esto duele, como duele el amor cuando es total, radical, desproporcionado. Recordad a la mujer que quiebra el frasco de aroma para enjugar los pies de Jesús... Aroma de nardo puro, carísimo... Un frasco de alabastro quebrado por pura pasión. Y eso duele. Pero, ¿qué sabe quien no ha sufrido? ¿qué ama quien no ha sufrido?
Y Dios lo sabe. Y lo acoge, y lo abraza y lo hace crecer.
Nos acercamos a Su Pascua. Dejémonos abrazar por Él. Hay abrazos gratis
Os felicito, hermanas, por los materiales que ofrecéis, tan buenos y tan bien hehos.
ResponderEliminar¡FELIZ PASCUA!
Rafael Mª Guzmán C.M.F.
gracias a ti. Estás en tu casa
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