Podía ser un autobús, podía ser el comedor de nuestra casa, la clase o algunos ratos del sábado por la tarde cuando ya no sabemos de qué hablar... Y me reconocí a mí misma. Y a ti. Y a todos. Y pensé la falta que nos hacemos y lo poco que nos ayudamos y lo que nos estamos perdiendo por no mirarnos más a los ojos.
Y entonces encontré esta otra imagen. Si te fijas bien, podrás ver en los ojos del niño lo que él mismo ves. ¡Qué transparencia!
Y soñé que soñaba con que soñábamos juntos... que es posible... ¿De verdad sabes algo que mrezca la pena de la persona con que trabajas, de la gente con quien pasas más de la mitad de tu vida en clase o de el vecino del 4º?
Y recordé que el 17 celebramos a una mujer que pasó media vida luchando porque quisiéramos un poco más al que tenemos al lado. Esa mujer que dijo, entre otras cosas, que, al final, lo que realmente importa es ser capaces de vivir con toda la Humanidad, como si fuéramos una sola familia y un solo corazón.
Regálame alguna frase, una palabra, un deseo, que podamos poner aquí, en voz alta, para celebrar el 123 aniversario de Mª Antonia París.
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