domingo, 1 de abril de 2012

Semana Santa: Cristo, el Buen Pelícano


¿Alguna vez has visto un pelícano? Dicen que es un pájaro no muy estético. Su gran bolsa, en la que  almacena comida para sus crías, le hace parecer incluso ridículo comparada con otras aves más “majestuosas”, como el águila por ejemplo. Es más, junto con muchísimas otras aves, el pelícano es visto como inmundo y maldito en el libro del Levítico (cf. Lev 11,18), como el mismo Jesús fue considerado: “maldito todo el que cuelga de un madero” (Gal 3,13). Y sin embargo es este animal el que los primeros cristianos asociaron a Cristo, hasta el punto de encontrar en uno de los himnos más antiguos esta invocación: “¡oh, Cristo, Buen Pelícano!”. ¿Por qué será?
Cuando nacen las crías de los pelícanos las alimentan con pescados (¡son grandes pescadores, curiosamente!) que almacenan en esas grandes bolsas que tienen bajo el pico. Pero aún hay más: lo realmente increíble es que cuando el pelícano adulto no encuentra comida para sus hijos, en vez de abandonarlos o rendirse, les alimenta de su propia carne. Se arranca trozos del pecho utilizando su propio pico, y alimenta a sus crías con su propia carne y sangre. ¿Acaso no haría esto una madre o un padre viendo a sus hijos en necesidad? La mitología llega a transformar este dato afirmando que el pelícano devolvía la vida a sus hijos muertos hiriéndose a sí mismo y rociándolos con su sangre (cfr. SAN ISIDORO DE SEVILLA, Etimologías, 12,7,26)
Así es Cristo, el Buen Pelícano y así lo experimentamos todos los que sentimos que realmente Jesús da la vida por mí. No sólo aquel día en la Cruz, sino todos los días de mi vida, de mil maneras: preocupándose por mí, cuidándome, llamándome, guiándome… Y en la Eucaristía, como celebración de la entrega más total, nos alimenta con su Cuerpo y su Sangre... ¡no puede ser mas claro!
¿Querrás acompañar en estos días santos a Jesús, tu amigo, tu Señor, tu Buen Pelícano, dispuesto a dar la vida entera por ti? ¿Querrás tú seguirle y ser también un buen pelícano para todos los que te rodean? ¿Quieres leer algo que te ayude a entender más y mejor de qué va esto de la Pascua?

Ah… y si te ayuda, te regalamos un poema para cada día del Triduo… Lee, reposa, ora, disfruta… y sobre todo, acompaña a Jesús. 


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