No me digas que no son desagradables... se te mete el sonido hasta dentro como un dedo molesto en el ojo. Y eso que las televisiones han adaptado sus equipos de sonido para que recojan con menos intensidad las vuvuzelas sudafricanas en cada partido.
No me digas que no te dan ganas de tener una bien grande en casa y de vez en cuando "ir de vuvuzela solitaria" espantando moscones y otras especies pardas que te rodean. No es por hacer daño, ¡para nada!... Es sólo molestar un rato a esos que con frecuencia tanto nos molesta y que, por supuesto, incluso podemos querer, pero nos hacen la vida un poquito más costosa.
No me digas que no te gustaría unirte a dos mil vuvuzelas más y poner la cabeza como un bombo a más de uno: políticos de todos los colores, ONGs que no funcionan como deben, representantes públicos que no aprovechan sus posibilidades para el bien común, ONU, FMI, Banco Mundial... ¡en fin! ¡tanta gente!
No me digas que no te unirías a las palabras del Cardenal Napier, Arzobispo de Durban (en la foto) que "la única victoria que merece la pena es la de la dignidad humana" y por eso, tantos y tantos como nosotros, como él, en Africa y en el resto del planeta, nunca saldremos en los periódicos, pero seguiremos tocando las vuvuzelas más cercanas contra la injusticia, la pobreza, el mal humor, el mal gusto o la desigualdad manifiesta.
Al final, todo parece ser cuestión de sensibilidades... ¿verdad?
Estoy completamente de acuerdo, vuvuzelada general para condenar todas esas injusticias ¿no merecería esto de verdad una de esas cadenas, que normalmente son absurdas?
ResponderEliminar¡por la dignidad humana, vuvuzelada!
En fin, gracias por el mensaje y la reflexión.
Vuvuzela para aquellos que ante las injusticias de nuestro mundo, prefieren mirar para otro lado ...
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