Esta es la situación: el Athletic gana la final europea después de muchos años sin un título y todos están pletóricos. Cuando uno anda así, es normal algunos excesos, desproporciones... Hasta ahí normal. Pero resulta que este periodista deportivo llamado Manolo Lama estaba trabajando; no es un chavalín descerebrado ni un honcha enfervorecido. Y al pasar por delante de un mendigo, sólo se le ocurre "jugar" a ser solidarios y grabarlo para la tele. Todo un alarde de inteligencia, de sentido y sensibilidad, verdad? ¡Qué desastre!...
Y lo malo no es la mala voluntad con que lo hizo. Lo malo es que lo haría ¡con buena intención, creyendo que le hacía un favor, que elevaba el nivel de humanidad y de compromiso! Qué torpeza la nuestra...
Y lo peor es que a fuerza de ir perdiendo sensibilidad y respeto por el otro, llegamos a creernos que todo vale, que todo es normal, que tirar el móvil a un indigente para volver a recogerlo, me hace mejor persona. Y a él, también.
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