Hiroshima recuerda aquel 6 de agosto de 1945, hace ahora 65 años, cuando la ciiudad se vió inmersa en un infierno por el ataque nuclear lanzado por Estados Unidos. Me sorprende la poca repercusión de este aniversario en los medios de comunicación; más aún este año, en que por primera vez han participado oficialmente Estados Unidos EEUU, Reino Unido y Francia, aliados en el momento que se produjo el bombardeo. También ha estado presente el Secretario de Naciones Unidas y diplomáticos de 70 países más.
Podría escribir esta entrada recordando que hoy seguimos amenazados por una guerra nuclear. Puede cambiar el nombre del país potencialmente agresor, que chantajea al resto del planeta, pero la actitud, la intención y el horizonte de fondo no ha cambiado tanto.
Podría escribir esta entrada recordando que hoy seguimos amenazados por una guerra nuclear. Puede cambiar el nombre del país potencialmente agresor, que chantajea al resto del planeta, pero la actitud, la intención y el horizonte de fondo no ha cambiado tanto.
Sin embargo, prefiero quedarme con esa presencia conjunta de víctimas y verdugos, bombardeados y bombardeadores, por feo que resulte decirlo así. ¡Es un paso enorme! ¿Acaso hay otro modo de aprender de la Historia y de los propios errores si no es acercándote por dentro y por fuera a aquellos que hiciste sufrir en el pasado o te hicieron sufrir a ti? El comunicado oficial decía que ambos "comparten el objetivo común de avanzar en lograr un mundo sin armas nucleares".
Podemos cometer las mayores atrocidades; no sóolo los países y las potencias mundiales. Todos. Cualquier ser humano. Y a la vez, somos capaces de los actos más generosos, heroicos, hermosos y altruistas. Así es el ser humano. Así soy yo. Así eres tú.
Podemos cometer las mayores atrocidades; no sóolo los países y las potencias mundiales. Todos. Cualquier ser humano. Y a la vez, somos capaces de los actos más generosos, heroicos, hermosos y altruistas. Así es el ser humano. Así soy yo. Así eres tú.
Mientras sigamos por aquí, seguiremos lamentando lo amenazados que vivimos por tantas formas de violencia. La peor amenaza es la cotidiana, la frecuente, la continua, la casi imperceptible; esa amenaza de hacer la vida desagradable al prójimo, de buscar cualquier resquicio para maldecir y no bendecir al otro. Podemos ser amenazados o amenazantes y seguramente, seremos las dos cosas.
Pero sería estupendo que a la luz de Hiroshima nos diéramos una tregua y pidiéramos también un mundo relacional y personal sin armas nucleares, ¿no te parece?
vivimos en una sociedad donde el consumismo se apodera del hombre mismo y de su propia esencia,la humanidad vende su alma y entrega de esta manera sus pensamientos,sus sentimientos,emposiones y recuerdos.lo mas valioso en el ser humano son sus valores eticos y moralez y la manera como este se desemvuelbe en la sociedad dando paso a un nuevo mundo donde el AMOR del maestro es nuestra salvacion
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