Hoy podíamos ver este "penalti a la japonesa" en varias TVs y webs. En las noticias que yo escuché, se presentaba como una hazaña, como una astucia envidiable, como inteligencia del jugador...
Yo más bien sentí extrañeza. Extrañeza de que la noticia fuera dada como una hazaña... Extrañeza de la sonrisa del presentador... Extrañeza de que nadie dijera nada.... Lo más que escuché fue una pregunta al aire: ¿pero esto es legal?
No es poco que alguien se preguntara por su legalidad, pero la cuéstión es que más allá de estar o no permitido, comience a hacernos gracia que alguien burle o engañe a otra persona en algo tan "cuerpo a cuerpo" como es un penalti, ¿no?
Yo no sé nada de fútbol y no me gusta especialmente. Pero es un deporte: ese ámbito de lo humano donde se supone que priman valores como la deportividad, la honestidad, el juego limpio... nada de esto veo en el penalti japonés. Y me apena profundamente... si esto se hcae en un penalti, ¿por qué no se hará pra conseguir un puesto de trabajo, ligar al que nos gusta de turno o llevarnos el úñtimo cd de un centro comercial?
En fin: el Evangelio nos anima a aquello de ser astutos como serpientes pero también sencillos como palomas. La sencillez del evangelio no es ser un simple bobainas... ¡No! La sencillez es jugar la batalla que nos toca como caballeros, como damas... sin anteponer trucos cuando lo que toca es medirse cara a cara.
Si seguimos así, creo que el Mal Espíritu seguirá metiéndonos penaltis y muchos, muchos goles... porque encima, no nos damos ni cuenta y seguimos sonriendo como si estos tejemanejes fueran totalmente inocentes. Pobres...
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