En las noches, he buscado al amor de mi vida. Le busqué y no le hallé. Por las calles y las plazas buscaré al amor de mi vida....
Entonces, encontré al amor de mi alma. Le aprehendí y no le soltaré jamás.
(Ct 3, 1-4)
¿Y si esto de la vocación fuera tan simple como buscar y dejarte encontrar por el amor de tu vida? Si en algún sitio te ha ardido el corazón (fíjate bien: he dicho el corazón) y has encontrado el amor de tu vida, no lo dejes escapar jamás. O dicho de otro modo:
Buscad atentamente descubrir a qué estáis llamados y luego comenzar a realizarlo apasionadamente (Luther King)
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