Quizá todo es cuestión de mirada.
Quizá nos empeñamos -algunas veces- en ver tantos y tantos motivos para desesperar y y tirar la toalla y no esperar nada de la vida ni de los demás ni de una misma ni de Dios...
Quizá todo es cuestión de mirada.
Quizá Ella no perdió jamás la esperanza por eso mismo: porque era Inmaculada, porque sabía mirar y elegía mirar bien, bien, bien... como mira Dios.
Quizá se trate de elegir y Ella nos lo recuerda: elige amar, elige esperar, elige mantenerte en pie, elige seguir caminando, elige que las críticas no te hundan, elige que los halagos no te atonten, elige fiarte más de Dios que de ti mismo.
Elige vivir de tal forma que puedas seguir creciendo y ser cada vez un poco más como Ella: inmaculado, inmaculada, llenos de Su Gracia.
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