Las Misioneras Claretianas celebramos cada año el 31 de mayo el día de la Vocación Claretiana. Justamente, el día en que la Iglesia celebra la Visitación de María a Isabel.
Es VOCACIÓN porque es VIDA, fecundidad, alumbramiento, carne de nuestra carne, pero VIENE DE DIOS, de su Espíritu que nos cubre, de su llamada, de su iniciativa. Ninguna vocación nace de uno mismo o de una misma. Siempre de Dios.
Es MISIONERA porque no puede quedarse quieta, porque ANUNCIA, COMPARTE, CONTAGIA, se pone en camino, BUSCA AL OTRO. Quien escucha, habla; quien es llamado, es anunciador; quien es convocado, es enviado por el Espíritu de Dios.
Es CLARETIANA porque no se da en abstracto. Toda vocación tiene NOMBRE Y APELLIDO Y FAMILIA. Es un estilo compartido y celebrado, probado año tras año, siglo tras siglo. Al estilo de PARÍS Y CLARET, en la Iglesia y para el mundo. Sin fronteras. Queriendo vivir "en la práctica y no en la teoría" el Evangelio, dejándonos abrazar por Dios para poder abrazar así al hermano, a la hermana. Para que Dios sea "conocido, amado, servido y alabado por todas las criaturas".
Estás invitado. Estás invitada. Feliz día y feliz vocación, ya seas Misionera Claretiana o compartas como laico seglar este carisma. Hagámoslo realidad.
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