LLÁMAME DE TÚ, POR FAVOR... (Jorge Ruiz, joven apj, Madrid)
Domingo IV de Pascua ciclo A. Jn 10, 1 – 10
¿Quién no recuerda siempre la forma cariñosa de llamarle su madre de pequeño? ¿Quién no recuerda el apodo de adolescente entre amigos? ¿Quién no tiene a alguien que le llama de una forma especial? Nuestro nombre es algo más que una palabra que nos nombra. Es lo que nos identifica. Lo que somos. Hay una canción bastante especial que dice "sé que existo si me nombras tú". Ciertamente, es una grandeza poder decir a alguien que la propia existencia depende de si le nombran a uno… ¿te imaginas no tener nombre? Nadie podría comunicarse contigo, llamarte, reconocer tu firma… es lo más parecido a no existir.
Jesús, que nos conoce mejor que nadie, sabe cómo explicarnos su Amor. Lo compara a un pastor que conoce a sus ovejas. ¡Pero si todas las ovejas son iguales! Imagínate saber distinguir a cada una por su nombre… conocer su Historia personal, cuidarla, hacerla crecer y reconocerla. Así es Él con cada uno de nosotros. Camina delante de nosotros, y nosotros le seguimos porque conocemos su voz.
Son muchos los ladrones y bandidos que nos asaltan con voces y exigencias. Él, en cambio, te llama porque quiere que existas, porque quiere que vivas. Porque ha venido para que tengas vida y la tengas en abundancia. Te invito a vivir la experiencia de sentirte llamado por Él. El que conoce tu identidad, lo que eres, te llevará a pastos donde podrás vivir como Dios manda. Y nunca mejor dicho. ¡Qué mejor forma de celebrar la vocación que poniéndote en marcha con la propia! Vocación, del latín, llamada…
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