Es la conocida canción de Toy Story. En la última entrega se canta aflamencadamente, pero esta vez os pongo una versión anterior... ¿Por qué? Pues porque a veces necesitamos ser como niños. Porque quizá, si me pongo a a pensar y lo analizo bien, no todas las frases de la canción serían correctas, pero no importa. Porque nos cuesta expresarnos con simplicidad. Porque la amistad es un sentimiento tan básico como el mismo amor (amor es, al fin y al cabo, la amistad, no?). Y porque sí. Porque al final es mucho mejor poder y querer decir a alguien: hay un amigo en mí... Mucho mejor que estar lamentándose toda la vida por lo mal que te han tratado los supuestos amigos o simplemente, intentando manipular a otros cuantos para conseguir su supuesta amistad.
Sin más. Hoy: hay un amigo en mí.
Hay un amigo en mí, hay un amigo en mí cuando eches a volar y tal vez añores tu dulce hogar
lo que te digo debes recordar: porque hay un amigo en mí
sí, hay un amigo en mí
Hay un amigo en mí, hay un amigo en mí
y cuando sufras aquí me tendras, no dejaré de estar contigo, ya verás
no necesitas a nadie más porque hay un amigo en mí, hay un amigo en mí
Otros habra tal vez mucho más listos que yo
eso puede ser, tal vez, mas nunca habrá quien pueda ser
un amigo fiel y tú lo sabes
El tiempo pasará, lo nuestro no morirá
lo vas a ver, es mejor saber que hay un amigo en mí
hay un amigo en mí, hay un amigo en mí
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