La imagen es de la parroquia de San Gerardo, en Haití. Parroquia al cuidado de los Redentoristas, donde el colegio inaugurado hace un mes (¡sí, un mes!) gracias al trabajo de la ONG Acoger y Compartir (AyC) también se vino abajo con los 300 niños y sus profesores dentro. Todos muertos.
Y Dios, pasando por uno de tantos. También entre escombros. Es cierto. Y el obispo y cientos de seminaristas y muchos cristianos...
Pero también está Dios como uno de tantos, haciendo cola para recibir algo de alimento. He visto en el telediario que los soldados sólo reparten ya a las mujeres porque cuidan mejor lo que reciben y lo reparten con más equidad. Además, dan menos problemas y no pelean entre ellas. Parece que cantan juntas... entre otras cosas, hoy las escuché cantando: El cielo está azul y comienza un nuevo día".
Increíble, ¿no crees?
Dios, como uno de tantos, junto a tantos, junto a todos... Se habla poco de Dios estos días en los medios de comunicación social... Apenas se le nombra. Yo, al menos, no lo he escuchado ni leído. Tampoco oigo noticias ni veo imágenes de los cientos y cientos de misioneros y misioneras que estaban y que han quedado allí. Sólo oigo hablar de militares, ONGs civiles, voluntarios de todo tipo... Y está muy bien, está bien. Pero, ¿dónde están los religiosos y religiosas? ¿por qué han desaparecido de las noticias?
¿O es impresión mía?
No importa. Lo que sí importa es que Dios está allí... pero no estaría mal que de algún modo su nombre y su rostro se hiciera visible y sonoro en nuestras crónicas.
Creo.
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