¡Qué fácil es caer en divisiones tontas y estériles! ¡Cuántos motivos sobrados para dejar de apostar por la unidad! Pero, como en todas las cosas importantes, siempre hay hombres y mujeres que nos devuelven a lo verdaderamente importante.
Mª Antonia París es una de estas mujeres. Fundadora con Claret de las Misioneras Claretianas, sufrió en su propia carne los estragos que las divisiones conllevan. De cualquier tipo. Por cualquier cosa. Lo sufrió hasta el punto de dejar como Testamento para todos los que continuamos su misión, el deseo de ser UN SOLO CORAZÓN Y UNA SOLA FAMILIA. ¡Su Testamento! Al final de la vida, tuvo que elegir y eligió: esto es lo más importante, nos dijo.
Y aquí estamos nosotros hoy, decidiendo si queremos tomar el testigo y continuar la carrera o no. Nosotras, las misioneras claretianas, nos preparamos para celebrar su fiesta el 17 de enero, aniversario de su muerte. Si quieres, únete a nosotras. Para trabajar y vivir apostando por la unidad, sin hacer división entre nosotros, no precisamos de nombres ni apellidos. sólo se requiere voluntad y amor. Mucho amor.
¿Te apuntas?
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