…El ser humano es como un texto.
Al principio, un manuscrito, pues está hecho ya, en parte, de una escritura que le precede y que debe aprender a leer para descifrarse (…)
Luego, un pergamino, pues el hombre, ser por fortuna inacabado, debe escribir él mismo –pastor de su ser-, sobre la página todavía virgen, el texto de su propio destino.
Finalmente, un jeroglífico, pues está escrito y debe seguir escribiéndose con caracteres sagrados.
Luego, un pergamino, pues el hombre, ser por fortuna inacabado, debe escribir él mismo –pastor de su ser-, sobre la página todavía virgen, el texto de su propio destino.
Finalmente, un jeroglífico, pues está escrito y debe seguir escribiéndose con caracteres sagrados.
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