Esta canción de Silvio Rodríguez en "Causas y Azares" puede expresar muy bien las dificultades que todos encontramos para mantenernos en pie y no caer en las tentadoras sillas que se van ofreciendo a lo largo del camino.
El mes de octubre va terminando. Mes misionero, mes para alzar la mirada, mes de lucha contra la pobreza, mes en defensa de la vida, mes para no decaer en nuestra fe, en nuestros ideales, en aquello en lo que creemos.
Nadie dice que vaya a ser fácil. Pero el camino, el amigo, la canción, lo elegido, bien valen la pena.
En el borde del camino hay una sillala rapiña merodea aquel lugar.
La casaca del amigo esta tendida
el amigo no se sienta a descansar.
Sus zapatos de gastados son espejos
que le queman la garganta con el sol
y a través de su cansancio pasa un viejo
que le seca con la sombra el sudor.
En la punta del amor viaja el amigo
en la punta más aguda que hay que ver.
Esa punta que lo mismo cava en tierra
que en las ruinas, que en un rastro de mujer.
Es por eso que es soldado y es amante
es por eso que es madera y es metal
es por eso que lo mismo siembra rosas
que razones de bandera y arsenal.
El que tenga una canción tendrá tormenta
el que tenga compañía, soledad.
El que siga un buen camino tendrá sillas
peligrosas que lo inviten a parar.
Pero vale la canción buena tormenta
y la compañía vale soledad
siempre vale la agonía de la prisa
aunque se llene de sillas la verdad.
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